Suicidio - Mitos, realidades y cómo prevenirlo.
Cada 10 de Septiembre desde el año 2003 la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio, en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS), promueve el Día Mundial para la Prevención del Suicidio.
Prevenir el suicidio se ha convertido en una moción a nivel mundial debido a que se encuentra dentro de las primeras 20 causas de muerte en personas de todas las edades y la segunda causa entre personas de entre 15 y 29 años. La mortalidad por esta causa es superior incluso a la causada por la guerra y los homicidios; según la Organización Mundial de la Salud, al año cerca de 800 mil personas se suicidan, esto es una persona cada 40 segundos.
En Chihuahua, se presenta por ejemplo, la tasa más alta a nivel nacional en México, con 10.7 suicidios por cada 100 mil habitantes.
Es un tema de gran importancia para lograr su reducción a nivel mundial. El suicidio es resultado de varios factores de riesgo que convergen entre sí, que van desde genéticos y psicológicos hasta sociales y culturales, incluso detonantes de una pérdida o trauma. El suicidio es prevenible y todos podemos ayudar.
Mitos y realidades sobre el suicidio.
Eliminar mitos y prejuicios sobre este tema, es muy importante para comenzar a evitarlo. El suicidio en la actualidad, se encuentra envuelto bajo mitos y falsedades generados desde una percepción errónea en la parte social, cultural, e incluso religiosa, donde el aspecto científico se deja de lado y con esto, agrava la situación en vez de ayudar a prevenirlo.
Existen varios mitos al rededor del suicidio. Aquí te presentamos algunos y te compartimos la realidad sobre cada uno, para que conozcas mejor sobre el tema y puedas ayudar al respecto:
- Mito: El suicidio es impulsivo. La persona lo hace sin avisar. Realidad: El acto puede ser bajo impulso, pero la ideación no. Existen indicadores de riesgo que se dan de manera no verbal.
- Mito: Suicidarse es un acto de cobardía. Realidad: La conducta suicida está vinculada a un alto nivel de sufrimiento y desesperanza, no al valor o a la cobardía.
- Mito: Hablar sobre el suicidio puede incitarlo en personas que no lo han contemplado o hacer que se desestime en aquellos con conductas suicidas. Realidad: El acompañamiento al suicida debe ir más allá de sólo hablarlo, hay que prestar atención a sus señales y no minimizar las ideas suicidas tomándolo por chantaje o manipulación.
- Mito: Solo las personas con problemas muy graves o enfermedades mentales se suicidan. Realidad: El suicidio es multicausal y puede aparecer en cualquier persona, no es una enfermedad mental, puede generarse como una decisión moral tras una dolorosa o desesperanzada trayectoria de vida.
- Mito: La conducta suicida se hereda. Realidad: Lo que se hereda, es la predisposición a cierta enfermedad mental, no las ideas suicidas. En esta conducta intervienen varios factores piscosociales y culturales como la dificultad para enfrentar problemas o sentirse indefenso, por ejemplo.
- Mito: Mejorar considerablemente ante una depresión grave, disminuye el riesgo del suicidio. Realidad: La mejoría en el estado de ánimo puede resultar en una mayor capacidad en la planificación y para algunos, tomar la decisión, concretar en un estado de alivio.
- Mito: La persona suicida debe sobreponerse para salir adelante, "echarle ganas". Realidad: El sufrimiento de esta persona no es voluntario, no basta sólo con fuerza de voluntad para superarlo. Es necesario la ayuda y tratamiento de un profesional.
¿Cómo ayudar a la prevención del suicidio?
El plan que la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio y la OMS tienen desde el 2013 y que concluye este año 2020, es disminuir en un 10% la tasa de suicidios a nivel mundial. Cada quien como vecino, padre, madre, hija o hijo, amigo y amiga, etc., tenemos algunas opciones para ayudar y sumarnos a la iniciativa de este Día Mundial para la Prevención del Suicidio, podemos comenzar con alguna de las siguientes:
- Crear conciencia sobre el problema.
- Educarnos a nosotros mismos y a otros, sobre las causas y consecuencias del suicidio.
- Dejar de lado los estigmas relacionados con el suicidio, la salud mental y el comportamiento suicida.
- Ser compasivos, empáticos y cuidadosos con aquellos que se encuentran en riesgo, facilitándoles la expresión de sus sentimientos y el acompañamiento.
- Siempre tomar en serio comportamientos, intentos o amenazas relacionados.
- Apoyando y sumándonos a campañas de prevención, información y apoyo al suicidio.
También existen algunas otras estrategias de prevención que son de carácter público, social y político, donde la clave es adoptar un enfoque integral multisector donde participen los medios, asociaciones públicas y gubernamentales y la asociación civil. Puedes conocer más sobre sobre la prevención del suicidio en nuestro blog.
Te invitamos a tomar mayor conciencia y a informarte sobre el tema para que juntos, logremos disminuir el riesgo y por tanto, la mortalidad por suicidio.