Cuando hablamos de nuestra madre, es hablar de una de las personas más importantes en nuestra vida, aquella crucial para nuestra formación y estabilidad. Cuando perdemos a nuestra mamá será natural albergar sentimientos de dolor, vacío, de soledad, desamparo e incluso de desprotección. En nuestro duelo, estos sentimientos desagradables y de desesperanza pueden ser los que se manifiesten con mayor fuerza. La muerte de una madre, entonces será, muy seguramente, un evento que nos marcará la vida.
Perder a nuestra mamá, no sólo tendrá consecuencias emocionales en nosotros, esta situación puede presentar desajustes o cambios en toda la familia. En ocasiones el sentimiento de pérdida se encuentra en toda la familia y el duelo dejará al descubierto ciertos vínculos, donde los hermanos u otros miembros cercanos presentan una pérdida también en la unidad familiar, pues era su madre quien los unía de cierta forma.
Si bien, el cómo enfrentamos la pérdida de nuestra madre y sobrellevamos el duelo, involucra varios factores como el tipo de muerte, sus circunstancias y la relación que manteníamos con ella, ésta es sin duda alguna, una de las pérdidas más significativas de todas.
Aceptarlo no es fácil, sobre todo en una cultura maternal como la nuestra, donde la figura materna juega un rol importantísimo en la familia y nuestras vidas, aún siendo adultos.
El amor de una madre no se parece a ningún otro, ni al de una pareja o el de alguna amistad. Y en su pérdida encontramos ese sentimiento de orfandad y de perder un gran apoyo y sin embargo hay que aprender a vivir con ello y seguir adelante, tal y como ella lo hubiese querido.
¿Cómo podemos superar la muerte de nuestra madre?
Te presentamos algunas acciones que pueden ayudarte a superar el fallecimiento de tu mamá:
1. Acepta tus emociones.
Durante el proceso del duelo una persona puede atravesar por varias emociones: negación, incredulidad, confusión, tristeza, nostalgia, enfado, desesperación, culpa, entre otras. Todas ellas son normales cuando nos encontramos trás una perdida y es muy posible que nos superen, pues cuando perdemos a un ser querido no estamos preparados para asumirlas tal y como vienen. Toma el tiempo necesario para gestionar estas emociones hasta que poco a poco vayan atenuando. Es muy importante que no las ocultes ni contengas.
2. Exprésate.
No ocultes lo que sientes, no contengas cómo te sientes. Es importante que seas sincero contigo(a) mismo(a) y con los que te rodean. Si no te sientes bien, no te sientes bien y no tiene nada de malo en ello, ni mucho menos en hacerlo notar.
Apóyate en los tuyos. Hay quienes en tu familia estén pasando por lo mismo que tú y pueden ayudarse mutuamente. Toma en cuenta que el proceso de cada persona es diferente y que no te sientas del todo comprendido, pero busca la forma de poder expresar lo que sientes como escribir una carta, llevar un diario o acudir a un grupo de apoyo.
3. Cuídate.
Este punto es muy importante. Concéntrate en sanar y no considerar métodos equivocados para aliviar tu dolor, que más que físico, es emocional. Considera evitar atracones de comida chatarra, abusar de fármacos o medicamentos como pastillas para dormir o tranquilizantes, consumir drogas o alcohol en exceso. Todos estos métodos no te ayudarán a superarlo, pues sólo calmarán el síntoma y conseguirán evadirte, por lo que tu dolor seguirá ahí y al final tendrás un problema mucho mayor. Cuando el duelo se complica, todo esto resulta ser un falso remedio. Trata de continuar o comenzar a adoptar hábitos saludables como el descanso, el ejercicio y una dieta equilibrada, lo que te ayudará a mantener tu cuerpo sano, para apoyo de tu mente y emociones.
4. Ten paciencia y posterga cambios importantes.
Necesitas tiempo. Con la pérdida de tu madre, experimentas cambios importantes que te exigen detenerte, escucharte y expresarte. Deberás procesar y volver a ubicar tu relación con mamá para adaptarte al hecho de que ya no se encuentra contigo físicamente y esto no será fácil ni rápido. Sé paciente contigo y con tu proceso y date el tiempo necesario para que estos cambios tan importantes en tu vida comiencen a darse. Concéntrate en ti y en tu sanación, una mudanza, un cambio de trabajo, tener otro hijo, comenzar estudios, etc. pueden esperar.
Darle la vuelta a lo que sientes y "tapar" tu dolor con proyectos nuevos y estar ocupado puede ayudar a aminorar la intensidad de tus emociones, pero no es lo más conveniente, hasta que logres asumir lo que sucede.
5. Acude a terapia
Aunque no logres presentar una complicación en tu duelo es posible que la situación te sobrepase y que acudir con un profesional sea una buena idea. Pedir ayuda a un terapeuta puede ayudarte mucho ya que nadie estamos preparados para enfrentar la muerte de un ser querido.
Si a pesar de que desees acudir con un profesional, no te es posible cubrir ese gasto, y si tus síntomas empeoran al grado de que te incapaciten para llevar tus tareas cotidianas, acércate con tu médico de cabecera o acude a un grupo de apoyo o asistencias sociales del sistema público para que puedan ayudarte.
Existen también otras alternativas para acompañarte en este proceso, como leer un libro tanatológico, acudir a alguna plática o conferencia. En Grupo Mausoleos te brindamos atención tanatológica para que puedas ayudarte a recorrer tu proceso de duelo. Puedes acceder a nuestro contenido de sesiones de tanatología gratuitas o asistiendo a ellas cada mes en cada una de nuestras sucursales.
Cuando nuestro ser querido parte pero lo resguardamos en nuestra memoria, ésta se vuelve un gran tesoro, porque a través del recuerdo es con lo que lo mantenemos vivo para siempre.
