Cuando los abuelos se van: como superar el duelo por la partida de un abuelo

Tener un abuelo es un verdadero tesoro. Conlleva vivir la aventura de redescubrir el mundo a través de la sabiduría de sus ojos. Son nuestros confidentes e incluso llegan a ser cómplices en nuestras pequeñas travesuras. Son los seres que más llegamos a amar en la vida por su amor tan puro e incondicional y esto genera un deseo de tenerlos por siempre a nuestro lado. Desafortunadamente, algún día partirán y en algunas ocasiones, antes de lo que desearíamos. Esta experiencia puede resultar dolorosa y aún más si hemos crecido con ellos.

Muchas familias buscan superar la pérdida, pero esa no es la manera correcta de enfrentar a la situación. El superar significa dejar atrás y olvidar. Sin embargo, se pierde el bello tesoro que son los recuerdos que tuvimos con nuestros abuelos, que al final del día, es lo que nos hará salir adelante. Recordemos que todas aquellas memorias que hayamos depositado en nuestra cuenta personal de recuerdos, serán indispensables cuando se necesiten hacer retiros en el momento en que se extrañe a un abuelo o una abuela.

Debemos estar conscientes que existirán momentos de tristeza y no debemos sentirnos obligados a ser fuertes todo el tiempo, ni debemos temer el compartir nuestros sentimientos. Sin embargo, cuando el dolor y sufrimiento por la pérdida del abuelo no disminuye con el paso del tiempo es necesario buscar ayuda de un profesional, como puede ser un psicoterapeuta especializado en duelo o bien en tanatología.

Lo más importante para sanar y aceptar su despedida es homenajear el recuerdo de nuestros abuelos. Esto se logra al continuar su legado de amor en nuestro diario vivir. Que sus valores y enseñanzas se vean reflejados en nuestras acciones y pensamientos, de esta manera nuestros queridos abuelos siempre vivirán en nuestro corazón.

Como hablarle a un niño sobre la muerte de un abuelo

En cuanto al duelo en los niños, existen varios tabúes para el manejo de esta perdida. Por lo que debemos aclarar tres puntos fundamentales:

• 1) Revisar como nos sentimos. Como adultos, debemos estar al tanto de nuestras emociones antes de conversar con nuestros niños. No debemos hablarles cuando estemos enojados con lo que sucedió, ya que un padre enojado es un mal maestro.
• 2) A los niños se les habla con la verdad. Debemos ser honestos con los niños, hacerles entender que es parte del ciclo de la vida. También es importante hablarles en términos que puedan entender de acuerdo a su edad.
• 3) Decirles que no fue su culpa. Aunque parezca obvio, los niños pueden llegar a ser egocéntricos porque lo hemos acostumbrado a “come bien y papá estará contento”, “pórtate bien y harás feliz a tu abuelito”. Todo esto lleva al niño a pensar que el estado de ánimo de todos a su alrededor depende de su conducta. Por lo tanto, al ver a todos llorando puede sentir instintivamente que él provocó eso. Hay que decirles que no fue su culpa y que reiterarles que fue el mejor nieto o nieta posible.